El Kindle de Amazon empezó el asalto al tradicional libro de papel, que ha estado vigente durante más de 500 años, en noviembre de 2007.  La adopción de este nuevo lector electrónico ha sido relativamente lenta aunque constante.  Amazon vendió más libros electrónicos que de papel por primera vez en diciembre de 2009, en los últimos 3 meses afirma haber vendido 143 libros electrónicos por cada 100 libros tradicionales y dice que esta proporción está aumentando rápidamente.  El libro electrónico no parece estar afectando las ventas de libros tradicionales que de acuerdo a la Association of American Publishers aumentaron 22% este año en los Estados Unidos.  De acuerdo a la misma AAP las ventas de libros electrónicos son apenas el 6% del mercado .  Con la introducción del I-Pad de Apple, el libro electrónico seguirá desplazando al de papel.  Aunque el Kindle es una plataforma mejor para la lectura de libros, el I-Pad ofrece una experiencia mucho más rica para la lectura de periódicos y sobre todo de revistas que los tradicionales ejemplares impresos.

Para libros de negocio, de consulta o de referencia, el Kindle representa una mucha mejor alternativa al libro de papel, sobre todo para alguien que vive fuera de los Estados Unidos y quiere o necesita consultar el último libro de Nouriel Roubini o Ram Charan.  Pedir libros a México resulta sumamente caro, sobre todo si se piden con entrega expedita.  El envío puede acabar costando más que el propio libro.  Con frecuencia me pasaba que posponía la compra de un libro hasta mi siguiente viaje a los Estados Unidos para evitar los costos de envío.  Muchas veces no tenía tiempo de pasar a una librería o no tenían el título en la tienda del aeropuerto y se quedaba en mi lista de lecturas pendientes.

Me había resistido a comprar un lector electrónico porque realmente sigo prefiriendo leer un buen libro en una edición de pasta dura con una atractiva portada y, una vez terminado, escogerle un lugar en el librero.  Hace poco más de un año, sin embargo, tuve la necesidad de comprar 4 libros, que quería consultar con relativa urgencia para el desarrollo de la estrategia de internet de mi compañía.  Cuando hice la cuenta –sumando tres libros que tenía pendiente comprar—el Kindle casi se pagaba solo con lo que ahorraría entre un menor precio del ejemplar electrónico y el ahorro en los costos de envío.

El Kindle ha resultado una gran inversión.  No sólo he ahorrado en la compra de libros de negocios y de referencia, sino que los he tenido con oportunidad.  Además he leído más libros por placer de los que leía antes.  Durante un reciente viaje a Washington DC, escuché en la radio de un taxi una entrevista con  Steven Levitt y Stephen Dubner, sobre su nuevo libro Super Freakonomics, cuya primera parte, Freakonomics, me había parecido interesantísima.  Como llevaba mi Kindle conmigo, lo compré de inmediato.  Antes de bajarme del taxi, ya estaba leyendo el prólogo.

Hay libros que se leen mejor en una buena edición de papel.  Recientemente compré la versión electrónica de The Guns of August, el extraordinario recuento de Barbara Tuchman sobre el inicio de la Primera Guerra Mundial.  Mi versión del Kindle no tiene una buena interfase para ver gráficas y mapas, por lo que no es tan buena plataforma para este tipo de libros todavía.  Seguramente, con la introducción del I-Pad, Amazon tendrá que ir mejorando la interfase gráfica de sus dispositivos.

Mi Kindle costó 259 dólares y no puede accesar el Whispernet, el sistema inalámbrico de descarga de libros de Amazon, fuera de los Estados Unidos.  La edición internacional de Kindle hoy cuesta 189 dólares y sí funciona para descargar libros en México.   El Kindle es una inversión que vale la pena hacer.

A 2 les gusta este post.

Me gusta

No me gusta

Artículos Relacionados