Lo que Van Halen le puede enseñar a los fondos de capital

Posted on by Fernando Fabre

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La revista Fast Company de marzo del 2010 tiene un artículo por Dan y Chip Heath que se llama Business Advice From Van Halen, y podría ser uno de mis artículos favoritos.

Más o menos dice esto: David Lee Roth, el vocalista estrella de dicho grupo en los 80’s era famoso por comportarse como el típico “rock star diva” al exigir -por contrato- que en sus camerinos hubiera un bowl de M&Ms, pero sin ningún M&M café. De hecho, si encontrara un solo M&M café en los camerinos, el concierto sería cancelado de inmediato y el organizador del evento tendría que pagar el 100% de precio estipulado. ¿Acaso no es este comportamiento típico de divas? Alguna vez escuché que Madonna hace lo mismo.

Lee Roth acaba de escribir su autobiografía donde habla sobre los M&Ms, confirmando su veracidad. Sin embargo, como lo hacen notar los hermanos Heath, dista mucho de ser un comprotamiento de Diva y más bien es el comportamiento de un genio en los negocios de logística compleja. Resulta que Van Halen en los 80’s era el mejor grupo, muy cotizado, y tocaban más de 18 conciertos al año. Para cada concierto llevaban al menos 18 trailers con contenedores de equipo técnico, y en cada plaza tenían un contrato al que le llamaban la “Sección Amarilla de China”, un mamotreto de más de 500 claúslas de términos legales y técnicos donde se especificaba, por ejemplo, que el organizador debía colocar en el escenario sockets de 15 amperes de voltaje distribuidos cada 20 piés (para evitar corto circuito), o bien otra claúsla que decía que los cañones de luz frente al escenario deberían estar a más de 75 metros de la tarima central (para evitar que lastimen los ojos del grupo).

Ahora viene lo entretenido. De 500 cláusulas de contrato entre Van Halen y el Madison Square Garden, el Estadio Azteca o el Estadio Cuscatlán en San Salvador era fácil que, dada la complejidad de un escenario así, los organizadores dejaran de leer partes de contrato por flojera, inexperiencia o simplemente negligencia, poniendoo en peligro todo el escenario, al grupo y a su fama de gran espectáculo.

Así que más o menos entre la cláusula 200 y la 300, David Lee Roth metió la famosísima cláusula de los M&Ms quitando todos los cafés, y la pena por no atender dicha cláusula era la cancelación inmediata del concierto y el organizador debía pagar el 100% del precio.

Resulta que cuando Van Halen llegaba al escenario, lo primero que hacían era revisar el bowl de M&Ms, y si encontraban que estaba todo en su lugar y sin ningún M&M café, todo iba bien. Pero si encontraban un solo M&M café detenían todo y asumían, de inmediato, que el organizador nunca leyó el contrato y seguramente el amperaje, la iluminación o algun otro aspecto técnico complejo fallaría. Si no pudieron hacer algo tan simple como quitar los M&Ms cafés bajo pena de perder todo, ¿que sería de las cláusulas técnicas? En realidad no cancelaban el concierto, simplemente revisaban hasta el último cable, foco, amplificador y microfono para saber que todo funcionaría correctamente, demorando la hora de incio.

La lección de negocios es clara, especialmente para fondos y para emprendedores. Encuentra tu M&M café lo más rápido posible. Es un concepto de negocios llamado “speed to failure”, que tan rápido te darás cuenta de que este negocio va a fracasar, y mientras más rápido mejor. Si el fondo nota en la primera entrevista que el emprendedor no cuenta con un plan de negocios claro, o bien no está comodo compartiendo la participación accionaria, el fondo debería de inmediato frenar las negociaciones. Por otro lado si el emprendedor nota que el fondo de inmediato le exige mayoría accionaria sin antes hablar de la valuación o las necesidades financieras de la empresa debería retirarse de la negociación.

Hay señales muy claras de que una relación entre el fondo y el emprendedor va a fracasar, aunque a veces al necedad del socio del fondo, o la terquedad del emprendedor, hacen que dicha relación se prolongue por demasiado tiempo. En este negocio donde particularmente el tiempo es dinero, encontrar aquellas señales que indican fracaso lo más rápido posible es no solo deseable sino necesario. Cada fondo debería tener sus propias reglas para encontrar las señales, su propia cláusula de M&Ms cafés, algunas serán téncincas y complejas, pero otras veces, como bien lo explica Malcom Gladwell en su libro Blink , se trata de señales tan obvias como la química entre los socios, la tolerancia que se tengan y esos 5 segundos de presentación en donde sabes si la persona te cae bien o mal.

Speed to failure y los M&Ms cafés son conceptos que nos ayudan a reducir dolores de cabeza futuros.

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